domingo, 25 de septiembre de 2011

entre mate y mate…



buscando los caminos


barrikada: Estos son tiempos muy difíciles para quienes soñamos con un mundo distinto… para quienes apostamos a un camino de lucha franca, sin resignarnos a aceptar la inconducente solución “pacificadora” que la dictadura del capital se ha propuesto imponernos. Todo un batallón de renunciantes, de traidores hoy trepados a las cúpulas del poder, del gobierno que no repara en repara en manchar con sus mentiras la historia de un pueblo que supo (sabe y sabrá) luchar con dignidad por el rescate de sus valores…
Y no son las únicas adversidades con las que habremos de enfrentarnos… También debemos proponernos superar nuestros propios errores y desviaciones, nuestras mezquindades aún subyacentes dentro de “la izquierda con intención de pelea”… Sí: también (y sobre todo) ello constituye un escollo que debemos superar…. pero en fin: en todo eso vamos hurgando, confiados en revertir el traspié y en ese camino -unidad mediante- habremos de lograrlo!
En tal sentido: vemos necesario volver de tanto en tanto a la charla (mate por medio) con quienes habiendo luchado antes (y pasado por los trágicos periplos que tantos tuvieron que pasar), hoy no andan renunciando a todos aquellos sueños por los que tantos compañeros ofrecieron sus vidas…
(…) sobre tales cosas es que conversamos con un compañero cercano, quien nos pidió que lo identificáramos como “Jaime”

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barrikada: No debe ser cosa fácil ver cómo gente de la generación con la que compartiste la lucha por la liberación… hoy anda negociando con cualquier oligarca pro-imperialista, amparando y defendiendo a los milicos torturadores y asesinos responsables de la desaparición de tantos compañeros… amparando y cobijando a tanto milico servil a los fines del sistema para el cual fueron amaestrados! 
jaime: tenés razón, no es cosa fácil… Uno busca las explicaciones aquí y allá; pero son cosas inadmisibles y. está claro que ellos ya no tienen marcha atrás. De ahì concluyo que -de lo que se trata- es de volcar los esfuerzos en el tipo de propuestas que levanta “Barrikada”: la prédica de unidad entre los que siguen luchando sin renunciar “ni un tantico así”…
Y denunciar claro, abiertamente… Denunciar la traición a las expectativas populares despertadas por aquella juventud de los '60 que pugna por renacer… sí: así debe ser, aún sintiéndonos estafados y burlados -ni más ni menos- por quienes hoy gobiernan… por quienes: “como ayer nos dijeron una cosa, hoy nos están diciendo y haciendo la otra”. 
barrikada: ¿cómo ves entonces la realidad hoy y cómo piensas que  podamos revertirla? 
jaime: no es nada fácil la respuesta… no lo es, porque el engaño y la mentira siembran confusión y dispersión: elementos que conspiran y postergan la imprescindible unidad de acción, dando lugar a permanentes e inconsistentes divisiones que perpetúan nuestra debilidad reproduciendo las confusas situaciones que nos mantienen empantanados. ¡Ciertamente que no es cosa fácil superar tal situación!  pero -por lo mismo- debemos redoblar nuestros esfuerzos, profundizar la autocrítica y construir unidad: afinar la puntería para que nuestros “disparos” resulten certeros frente a los cada vez más debilitados y vulnerables posicionamientos del gobierno en relación al sistema: en tal sentido, todo está cada vez más claro y por lo mismo es que debemos cobrar conciencia... se trata de una lucha de clases entre quienes se han apoderado de todo y los que nada hoy tienen... es decir: entre explotados y explotadores. Así las cosas, cada cual debe ser consciente de qué lado está parado y hacia dónde afinar la puntería: de este lado está el pueblo… del otro sus enemigos y renegados de clase prestando sus servicios al mejor postor: ¡no hay cómo equivocarse! 

barrikada: eso está claro y -en general- compartimos tus palabras… pero cuál habría de ser la propuesta concreta para llegar a superar tal situación?

jaime: sin vanas pretensiones de predicar “verdades absolutas” y de tal forma entrar a descalificar tanto esfuerzo volcado en diferentes espacios de abnegada militancia mi personal percepción -ante tantas y diversas experiencias- me lleva a reiterar la necesidad de fortalecer los espacios de coordinación en la perspectiva de alcanzar la más amplia unidad posible. Tal cosa implica -por supuesto- superar las desviaciones personalistas que sólo reproducen división y debilitan la imprescindible unidad de nuestras compartidas propuestas. ¿Cómo lograrlo?... reitero que no es cosa fácil; pero -en todo caso- requiere asumir una postura de humildad y respeto frente a naturales diferencias transitorias: aun aquellas de carácter político-ideológico en tanto las mismas, no impliquen desvirtuar el contenido de nuestras indeclinables propuestas, entre tantas otras: nuestro firme reclamo de “una patria para todos” donde impere “la verdad y la justicia”! 
barrikada: , tal como antes lo advertías no ha de ser cosa fácil!
jaime: por supuesto que no lo es… ¡nunca lo fue!. Tampoco -y mucho menos- lo fue en la década de los `60 cuando -por nuestra común causa- apostaron su juventud entregando la vida a cambio de sus sueños (bajo distintas banderas)… tantos compañeros cuyo sacrificado ejemplo reclama y merece memoria, reivindicación y compromiso hasta la victoria siempre! 
barrikada: tus palabras (en relación al discurso mediático y esquivo de tantos “renunciantes”) suenan muy alentadoras pero no tanto orientadoras en cuanto al quehacer y cómo hacerlo para reavivar hoy ese espíritu de lucha de la década que evocas… 
jaime: entiendo tu observación y comparto tu preocupación porque -además-  también soy consciente de lo insuficiente de mis respuestas; … pero firme y sinceramente creo que las respuestas correctas de cara a tus preguntas la hemos de hallar entre todos y para ello -lo reitero- ha de ser imprescindible que nos esforcemos en cultivar un fraternal ámbito de unidad para acabar con los personalismos: gérmenes de división y generadores de fracasos... De tal forma: sobre tales escombros habrá de transitar el hombre nuevo hacia la construcción de ese mundo nuevo que llevamos en nuestros corazones!

*Compañeros de barrikada: agradezco la deferencia al haberme tenido en cuenta para indagar en estas cuestiones que a todos nosotros nos interesan. Mi mayor deseo es que estas humildes pero comprometidas palabras hayan servido para aportar a la reflexión y -consecuentemente- a generar conciencia  y compromiso en relación al quehacer para procesar los cambios verdaderamente revolucionarios por los que tantos compañeros entregaron sus vidas!  Si para ello ha servido el aporte de mis palabras habré de sentirme enormemente agradecido por concederme la oportunidad de participar en esta charla.


*éste articulo esta disponible sólo en versión digital (no se incluye en la versión impresa de Barrikada)


sábado, 10 de septiembre de 2011

“de aquellos polvos estos lodos" / Mejías Collazo




Algunos elementos para descifrar 
los vergonzantes hechos en HAITÍ


“de aquellos polvos estos lodos": por supuesto que la recurrencia a esta sabia sentencia extraída del refranero popular, no significa resignación (al menos en este caso)… mucho menos aceptación y/o exculpación con relación a los aberrantes hechos de violación cometidos por los “soldaditos de la patria” que operan en Haití en nombre de las “misiones de ayuda humanitaria”. Significa sí: subrayar la lógica de tales aberraciones en relación a la formación (debiera decirse “deformación”) generada en las escuelas militares y en los cuarteles, donde se siembra y se cultiva el desprecio de los uniformados hacia los “civilotes”.

Quien esto escribe lo hace con la deplorada y superada experiencia que le tocó vivir entrados los años `50… (que no se la contaron!), la vivió en 1953: único año cursado en la Escuela Naval y tras el cual -estando en calabozo castigado por “acumulación de arrestos”- solicitó la baja,la que le fue concedida por "falta de aptitud militar".
A quienes recién ingresábamos a la Escuela (en el referido caso a la Escuela Naval) se nos llamaba “panzas”: Tal mote obedecía a que el uniforme de los internos recién ingresados -(por lo general con físicos aún no cultivados por la gimnasia militar)… nos quedaban holgados y lucíamos como panzones. Pero más allá del origen de aquel mote, la caracterización de “panzas” implicaba una categorización descalificadora que recién comenzaría a superarse al tercer año de ingreso al Instituto… Hasta tanto -como “panzas”- debíamos soportar la implícita subordinación y “obediencia debida” a quienes ya llevaban cuatro o cinco años en la Escuela y entonces recibían la distinción de brigadieres… aceptando y repitiendo las mismas conductas descalificadoras por ellos mismos antes sufridas y aprendidas a soportar.

(…) Entre otros “divertimientos” que gozaban los alumnos de los cursos más avanzados dentro de la Escuela… estaban las “manteadas”: ello consistía en colocar al recién ingresado sobre una manta, zarandeándolo hasta que cobrase considerable altura y entonces -de pronto- le quitaban la manta. Aquella diversión recién se les terminaría cuando uno de los “panzas” -víctima de la diversión de sus “superiores”- se quebró el espinazo al retirársele la manta y cayó -desde varios metros de altura- sobre el piso de baldosas.
Entre las divertidas prácticas de aquellos degenerados (entre los que se cuentan muchos de los actuales oficiales de nuestras “gallardas” fuerzas armadas), también estaba la ceremoniosa costumbre de dibujar con tiza sobre las paredes un enorme pene y hacer desfilar a los “panzas” (recién ingresados) obligándolos a pasar su lengua sobre aquella grotesca figura hasta dejar limpia la pared, en tanto nos cagaban a patadas en el culo… A mí mismo me tocó ser víctima de aquella vejación: cuando recibí aquella orden tomé una toalla de mi ropero para limpiar la pared. Tal ocurrencia me significó perder las pocas horas de licencia que me quedaban para el fin de semana: el parte del castigo fue “desobedecer las órdenes de un superior”….
Podría continuar testimoniando una larga lista de relatos que dan cuenta de la “formación” (de las deformaciones) de aquella milicada, hoy ejecutora de torturas, de violaciones y asesinatos cometidos en nuestro propio suelo: atrocidades y vejaciones que hoy perpetran en Haití, en el Congo… en cuanta “humanitaria misión” que se les concede participar!

No resulta fácil y sí -por supuesto- muy doloroso, desagradable y hasta asqueante revisar en mi memoria… revolver tanta mierda, tanta conducta aberrante y llegar a exponerla ante la consideración popular… No es fácil rememorar tanta inmundicia; pero todo tiene un límite cuando la verdad se impone y su silenciamiento cobra visos de complicidad!

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(…) ¿a qué viene este extendido sinceramiento?... Simplemente, pretendo aportar ciertos elementos (por supuesto que siempre insuficientes) para llegar a explicarnos en alguna medida, el origen y las consecuencias de las denigrantes conductas del milicaje en relación con los “civilotes” incapaces de compartir sus códigos: ¡”resentidos sociales”!... así nos categorizan y nos reprochan por ser incapaces de valorar el ejemplo que en las misiones humanitarias -como en el Congo y en Haití- están demostrando los soldaditos de nuestra patria!

… es como si el mundo y los valores de nuestra humanidad se derrumbasen
cuando escuchamos la cómplice e ignominiosa voz de ciertos ex compañeros
hoy en el gobierno, amparando y ensalzando la conducta de la criminal patota militar!

¡ni quietos ni callados!... movilizados y manifestando nuestro repudio frente a tanta traición e ignominia!
Hébert Mejías Collazo
*éste articulo esta disponible sólo en versión digital 
(no se incluye en la versión impresa de Barrikada)